sábado, abril 24, 2010

Black Baccara

La noche se ha congelado y ha entrado en calor. El frío se ha vuelto etéreo, pues... Qué sería del mar sin el ocaso del Sol y de la noche sin la presencia de la Luna. Qué sería del fuego sin la esperanza de volverse viento y del viento sin su intrépito movimiento. Y dentro de un torbellino congelado bajo un manto de estrellas Tú has osado dominarla y te has vuelto parte de ella.
Ahora eres el fuego plata que enciende una cortina de luces de la noche. Eres el abismo inexpugnable del pensamiento y en serio que eres cuanto mis ojos puedan mirar, porque eres de mil colores. Donde se apagó el púrpura y sucumbió el rosa nació de tus espinas el negro más profundo, color del vacío, color del Caos (tu sabes, el Caos).
Eres la belleza inexplorada, la doncella invisible fusionada con las sombras. Eres los ojos de Artemisa que detienen el tiempo, que te invitan al deleite de sus fronteras. Eres la verdad de tí misma, y la verdad de tus espinas que reposa en el secreto que la noche, que disfruta intempestiva su silencio.

domingo, abril 11, 2010

Paso por alto el tiempo olvidado... el tiempo que piensa... que se presenta como figura de la voluntad de Némesis sobre los seres subyugados a sus fronteras. Tengo una furia y un deseo de trascender el horizonte de lo transitable y situarme en la nada que se satisface con ser ella misma. Careciendo totalmente el sentido, me arrojo a mis pensamientos mas profundos para contemplar la forma primigenia de mis fantasías. Te llamaré Pandora.

Eres ímpetu que recorre un universo nulo, lleno de sí y apasionado en monitorear las pequeñas haces de voluntad que circundan tu esencia. Eres indescriptible, solo admirable. Eres una existencia divina. Te recorro con la mirada del abismo y solo veo maravillado, totalmente extasiado el reflejo de tu plenitud.

Me fascina descubrirte, saber que me traerás la próxima vez que te contemple. ¿Una sonrisa? ¿Una mirada profunda? ¿Con qué ojos me complacerás este día y el día que viene a éste Pandora? Quiero tomar la espada que contenga el juramento de mi lealtad. Quiero ser un orbe de fuego que acompañe tu voluntad. Quiero ser tu paladín y tu guerrero sacro dispuesto a entregarme a la noche, a enfrentarme a la Luna con la esperanza de ver en tus ojos el secreto que encubre el eje de las emociones humanas.

En este espacio inquebrantable, incontinuo, te veo a ti Pandora. Y cada vez que detiene su marcha el tiempo apareces tu, Pandora. Y si escribo esto, y tu lo sabes, es porque apareciste en mi sueño sin tiempo, Pandora.