Realidades intermitentes

Eres dama encarnación de mis fantasías, retribución de mis conquistas. Sonrisa forjada en base a memorias, cristal de los espejos del viento que sopla invisible entre los lazos del universo. Eres el centro del mundo, y esclava del mismo. Eres Pandora que sintió compasión por Prometeo y decidió sucumbir a su condena a cambio de lo único: serlo todo. Quisiste serlo todo y lo lograste en mi mundo Sansi, siendo la perfección absoluta que solo un monumento alcanza... estatua de plata, dibujada por Nemesis, pintada por Artemisa y vestida por Afrodita.

Letras del vacío

Letras sin rumbo diambulan por el olvidado malecón de la melancolía, sobre la playa del olvido que vigila el océano de la perfección. Vagan escondidas a la sombra de faroles de esperanza, para no perderse en las aguas de lo imposible. Sobre su cielo llueven mudos los momentos pintados sin nombre, y bajo su suelo quema amargamente el polvo corroido del acero que cubría en antaño todos sus balcones.

Letras perdidas en suburbios bajan por el puente hasta la oscuridad de la angustia, duermen... brillan... mueren. La presión de la tierra las hiere, la presión de la tierra las mancha de sangre... de su sangre, de mi sangre. Letras cubiertas en lágrimas rojas buscando el final del universo en el centro de tu mundo. Pierdanse el rojo en la tierra, fundase el grito en el olvido. Sangre el mundo y arda con llamas de sinsentido absoluto, y la orgía de melancolía, frente al río de sonrisas vencidas.